martes, 8 de noviembre de 2011

Nunca hice nada por darme cuenta, pero lo cierto es que era yo quien se te quedaba grande a ti. Que no podía resistir tus miradas sin sentir nada, pero tampoco me propuse intentarlo. Hoy, soy feliz, puede que mañana me levante con lágrimas en la cara, pero no tengo miedo a lo que me encontraré tras la siguiente puerta. Yo, me decidí por ser a prueba de balas y, mírame, frente a ti resisto cañonazos a pelo. Porque ya lo dice la canción, y si lo crees o no ya es cosa tuya: que no hay en el mundo no, nadie más duro que yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario