Nunca más tú y yo volveremos a ser nosotros.
domingo, 11 de septiembre de 2011
Cerré la puerta a mi espalda. Clavé mis ojos en los suyos y sostuve su mirada tan sólo unos segundos. Nos dijimos de todo, pero sin despegar los labios. Y, entonces, me acerqué a su oreja y susurré:
-Vámonos, ya nada me ata aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Entrada más reciente
Entrada antigua
Inicio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario